“Tabú” de Miguel Gomes (César Guerra)

Tabú es una de las mejores películas que vi durante el 2012. Tabú es el último filme del director portugués Miguel Gomes, quien ya había causado una gran impresión entre los críticos, en el Bafici del año 2009, con Aquel querido mes de agosto (Aquele Querido Mês de Agosto, 2008), que obtuvo el premio a mejor película. Esta vez, Gomes confirma el por qué hoy es considerado no sólo uno de los más importantes cineastas portugueses, sino también del mundo. La película está dividida en dos partes y además tiene un prólogo: la primera llamada Paraíso Perdido, ubicada en la Lisboa y la época actuales; y la segunda de título Paraíso, ambientada en el pasado, en Mozambique, a principios de la década de 1960.

Tabú consigue de forma bastante lograda combinar el humor, el superrealismo y el absurdo con las películas del género romántico y de aventuras. El humor se encuentra en las dos partes del filme ya sea por las situaciones que en él suceden, ya sea por los ingeniosos diálogos que sostienen los personajes, que llegan incluso por momentos a un humor rayano en lo sarcástico e irónico.

La primera parte de la película es hablada, mientras que la segunda es muda, pero con una voz en off que narra los hechos desde el presente. Ambas partes están filmadas en blanco y negro; la primera, rodada en 35 mm y la segunda, en 16. La fotografía que se obtiene en las dos es de una factura exquisita, lo cual hace, por lo menos para mí, que todavía hoy el celuloide siga siendo insuperable, a pesar del perfeccionamiento y los avances que la tecnología está logrando con las cámaras digitales. Llamaré a partir de ahora a la primera y segunda parte, respectivamente lado uno y lado dos.

En el lado uno, aparece la protagonista de la historia, Aurora, una mujer anciana que vive bajo el cuidado de Santa, la señora que se encarga de la limpieza del departamento. Asimismo, Aurora cincuenta años más joven es el personaje femenino principal de la historia en el lado dos. Tabú, título homónimo de la mítica y gran película que dirigió en 1931, Friedrich Wilhelm Murnau*; y que coescribió junto con Robert L. Flaherty, es una referencia importante no tanto porque sea una suerte de versión de esta en cuanto a la historia –la cinta de Murnau fue filmada en Tahití y como ya anoté la de Gomes fue rodada en su segunda parte en Mozambique–, sino por la atmósfera parecida y la intensa relación amorosa de pareja que surge en ambas. La memoria y el pasado son dos elementos fundamentales sobre los cuales se cimienta esta relevante película. Ambos interactúan y se retroalimentan para que esta se torne evocativa, nostálgica y melancólica, pero sin por ello tentar lo cursi.

Aun cuando Tabú remita al pasado, utilice el blanco y negro, y recurra en gran parte del filme a una historia en la que no se escuchan los diálogos; es una obra moderna, arriesgada y del más valioso cine contemporáneo. Miguel Gomes opta por esta alternativa para darle un giro y poner al día una manera de hacer cine que pareciera estar extinta. Únicamente un director como Guy Maddin, quien trabaja en películas de este tipo, es un antecedente reciente y preclaro.

* Tabu: A Story of the South Seas.

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