Violeta se fue a los cielos (Natalia Ames)
Durante un viaje reciente a Chile, tuve la oportunidad de ver la película Violeta se fue a los cielos, de Andrés Wood, la cual ha recorrido distintos festivales obteniendo premios como el galardón a mejor película internacional en Sundance.
La narrativa de la película no sigue una cronología lineal, sino que más bien salta entre las etapas de la vida de la cantante Violeta Parra, alternando recreaciones de entrevistas con momentos íntimos de su vida familiar y presentaciones musicales en diversos escenarios. Destaca especialmente la interpretación de la actriz protagónica, Francisca Gavilán, quien brinda un retrato complejo con aristas que van desde el ímpetu creativo y la calidez humana hasta la perturbación psicológica.
Es importante señalar que la película estuvo rodeada de polémica desde los inicios de su producción, pues Wood se basa en el libro homónimo autobiográfico de Ángel Parra, hijo de la artista. La controversia se debió a la visión que este libro muestra de Violeta, visión con la que muchos (incluyendo otros miembros de la familia Parra) no están de acuerdo. Como en todo biopic, la Violeta resultante es una versión del personaje real: se crea un mundo ficticio basado en los acontecimientos de su vida pero retratado desde el punto de vista de un director que construye una personalidad densa, constantemente al borde de los límites y las contradicciones, pero siempre verosímil.
Tita Parra podrá quejarse (como lo hizo a través de una carta en la que expresó sus discrepancias con la película) de la Violeta sucia y descuidada que vemos en la película, como si estos detalles fueran faltas de respeto u ofensas a la verdad; pero la Violeta de Wood es un personaje cinematográfico, una creación a partir de un retrato parcial, un acercamiento personal a un mito amado por un país. El director, afortunadamente, se aleja de la idealización o la representación acartonada para brindarnos un ambicioso y emotivo film.
Cineteca Nacional
Un comentario aparte merece la visita a la Cineteca Nacional de Chile, lugar donde se proyectó la película en un ciclo especial de cine chileno de 2011. Un espacio concebido durante el gobierno de Ricardo Lagos, la Cineteca es una iniciativa de administración mixta – pública y privada – que actualmente pasa por un momento deslucido y poco creativo a nivel de programación y actividades. Una pena, pues la institución y las instalaciones tienen muchas potencialidades que se podrían aprovechar para cultivar el gusto cinematográfico de los santiaguinos y preservar el patrimonio fílmico de la nación.
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