Necesidad de una memoria del cine (Ernesto Carlín)

Es curioso cómo países distintos y distantes pueden tener necesidades similares en el campo de la cultura. Hace un mes, durante un viaje de trabajo que realicé a Taiwán, tuve la oportunidad de visitar las oficinas de Chinese Taipei Film Archive. Esta institución, como su nombre lo indica, se encarga de preservar y difundir el material fílmico de este país asiático. El acervo de Chinese Taipei Film Archive sirve para llevar a cabo ciclos de proyección de películas, no sólo en las salas locales, sino además fuera de sus fronteras. Me comentaban las funcionarias que me atendieron que principalmente llevan sus cintas a otras plazas de países asiáticos, pero también a otros continentes. Sin embargo, una de las principales tareas que vienen emprendiendo es la restauración de filmes antiguos y su posterior digitalización.

Comentaba esta experiencia viajera, porque  al revisar los adelantos que circulan sobre la propuesta de ley de cine del Ministerio de Cultura, uno de los acápites que me llamó gratamente la atención es el referido a la conservación de nuestro material fílmico. Por lo que he entendido, se va a impulsar la creación de una cinemateca nacional donde se conserve nuestra memoria fílmica. Esta idea, expresada en varias normas legales anteriores, aún no se ha plasmado a pesar de las intenciones, y  sería de sumo interés que se dé.

Recuerdo de la conversación que tuve con las funcionarias asiáticas que les pregunté cómo seleccionaban el material a restaurar y digitalizar, y me aseguraron que se fijaban antes que cualquier consideración política o ideológica, en la calidad artística del filme. Sin embargo, comentaron que la meta era tener en buenas condiciones todo su patrimonio – una cantidad de rollos impresionante que datan los más antiguos desde los años en que Japón dominaba la isla. La idea detrás es que no se pierda este material y que cineastas, críticos y demás gente de cine de Taiwán pueda conocer su tradición.

Intuyo que parecida motivación tiene ahora la propuesta de ley. Haciendo memoria, en mis años de colegio y universidad, época en que me empecé a zambullir en el gusto por ver cine, no tuve mucha oportunidad de ver la producción nacional. Mi menú de filmes locales se reducía casi sólo a las cintas recientes y los cortometrajes que pasaban obligatoriamente antes de cada largometraje en las salas comerciales hasta principios de los 90. A Armando Robles lo pude ver algo después de esa época, por ejemplo.

Si se llega a concretar esta iniciativa, será un gran paso que ayudaría a nuevas generaciones de cinéfilos a conocer nuestro pasado visual. Recuerdo, de una comisión periodística de hace unos años, haber podido apreciar la proyección de unos noticieros peruanos para cine de los años 40. Ese material que ahora está desperdigado en varias instituciones, podría, de concretarse la idea, estar centralizado en un solo lugar, facilitando su estudio. Pero además, esta proyectada cinemateca, servirá para que las cintas sigan cumpliendo, así pasen varios años de su estreno, el objetivo para el que fueron creadas: ser vistas.

Ernesto Carlín publicó otro artículo de su visita al Chinese Taipei Film Archive en el diario El Peruano.

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