“Locaciones (Buscando a Rusty James)” de Alberto Fuguet (Juan Carlos Fangacio)
Tras su estreno en el último BAFICI de Argentina, el ensayo cinéfilo de Alberto Fuguet se proyectará en Lima como función inaugural del II Festival Iberoamericano de Cine Digital (FIACID 2013) este 28 de mayo. Juan Carlos Fangacio lo comenta en las siguiente líneas.
‘Locaciones (Buscando a Rusty James)’ (2013) comienza donde termina ‘Rumble Fish’ (1983) o ‘La ley de la calle’. Su punto de partida son los créditos finales de la mítica película de Francis Ford Coppola. Y es que allí, donde se cierra el filme, empieza a formarse una leyenda y la historia personal de Alberto Fuguet, que opta por perseguir el rastro de la película que lo obsesiona, que marcó a tantos otros cinéfilos (o cinépatas) de su generación, especialmente por estos lares, en Sudamérica.
Fuguet lo explica bien en su documental: ‘Rumble Fish’ fue una cinta vapuleada por la crítica estadounidense de la época, que ya comenzaba a ver a Coppola como un cineasta en desvarío (un desprecio que se mantiene hasta hoy). Pero distinta suerte correría fuera de las fronteras norteamericanas, donde su culto se expandió a tal punto de crear un ensayo cinéfilo como ‘Locaciones’.
La voz imperante aquí es la de Fuguet, claro. Pero a la de él se suman muchas otras (nunca mejor usada la palabra ‘voz’, pues nunca vemos a las cabezas parlantes) que brindan sus testimonios, fanatizados, vacilantes, intensos. Las reflexiones que se suceden aquí son variadas, pero están unidas por una obsesión.
El director viaja a Tulsa, la ciudad donde se filmó ‘Rumble Fish’, y es allí donde reconstruye su memoria sobre la cinta, donde la redescubre volviendo a verla en una laptop, y ya no en un cineclub de Santiago -un salto de 30 años que también marca un dramático cambio generacional. Pero Fuguet opta por replicar el blanco y negro de la película original, e imita también el uso aislado del color para solo una escena, un elemento.
Fuguet se pone en los zapatos (o en los ojos) del ‘Motorcycle Boy’, el personaje de Mickey Rourke en la película, daltónico, demente. Pero también muta hacia todos los personajes, porque -como alguien más dice en el documental-, todos podemos sentirnos como cualquiera de los personajes que creó Coppola. Y todos los que vemos ‘Locaciones’ podemos compartir los diferentes testimonios de esos cinéfilos obsesionados con la película. O con otra película. Con cientos de películas. Con el cine.
Allí está el mérito de Fuguet, un cineasta de búsquedas, más que de certezas (“creo que estoy cada vez menos perdido, y eso me aterra”, confesó en una reciente entrevista con Buensalvaje): extraviarse en la maraña de sensaciones que el cine deja en ciertas etapas de la vida, para luego volver sobre ellas y recogerlas, reformarlas, transformarlas en nuevas impresiones -el destino dirá si mejores o peores- con la intención de descubrir las múltiples capas de una obra.
‘Locaciones (Buscando a Rusty James)’, la mejor película del chileno hasta la fecha, es un brillante y emotivo ejercicio de la memoria en pos de la identificación con uno mismo, y con la multiplicidad de personalidades que conforman nuestras vidas.
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