El estado de la crítica de cine: Una conferencia de Adrian Martin

El crítico australiano Adrian Martin, co editor de la revista on line Rouge es el autor del siguiente artículo*, que fue leído en un panel sobre el estado de la crítica cinematográfica en el 15º Festival Internacional de Cine de Valdivia 2008. La ponencia ha sido traducida para esta ocasión por José Sarmiento, coeditor del blog También los Cinerastas Empezaron Pequeños.

Me gustaría iniciar esta discusión sobre el estado de la crítica de cine proponiendo algunas definiciones breves, ideas y contextos.

En primer lugar, pienso que es útil pensar que la crítica de cine sucede a través de tres niveles. El primer nivel es el periodismo de medios masivos: el tipo de reseña de películas y escritura de artículos que toma lugar en periódicos y revistas no fílmicas en general, así como radio y televisión.

Para la mayoría de gente que no está en esta habitación hoy, para la gente que lee crítica de cine en una forma diaria, casual, y a veces con cierto interés, esto es realmente “todo lo que existe” de crítica cinematográfica en su experiencia. La mayoría de reseñas de cine en los medios masivos, se concentra, como todos saben, principalmente en el cine comercial que se estrena en las salas semana tras semana: las últimas películas, estrellas de cine, y reportes de taquilla.

El segundo nivel es al que yo llamo “el rango medio” de la crítica de cine, usualmente encontrado en revistas de cine que pueden ofrecer un comentario moderadamente intelectual, pero en una forma accesible y fácil de leer.

Los lectores de este segundo nivel están generalmente interesados en el cine, o tienen un mayor interés general en leer acerca de cultura o artes.

En esta categoría irían muchas de las bien establecidas revistas alrededor del mundo, tales como Sight and Sound en Gran Bretaña, Film Comment en los Estados Unidos, y El Amante en Argentina. Estas revistas pueden mirar el pasado del cine, pero suelen concentrarse en el presente: los últimos filmes, eventos, festivales, y demás.

El tercer nivel de la crítica cinematográfica es la académica, generalmente basada en niveles universitarios. Es aquí donde la crítica de cine se convierte en historia de cine y teoría de cine. Su lugar es la publicación académica y sus lectoría son generalmente muy pequeña y especializada.

Ahora, habiendo propuesto estas tres categorías, quiero dejar claro inmediatamente que éstas no tienen jerarquía alguna, y las líneas entre ellas suelen ser borrosas. No estoy diciendo que la universidad es superior al periodismo, o viceversa. Creo que podemos, y debemos hacer el mejor trabajo que podamos en todos estos espacios, y la historia nos ha dado varios ejemplos de críticos que han “cruzado los bordes” entre ellos, mezclado sus modos de publicación en una forma muy productiva. Todos nosotros aquí hoy en el panel hemos trabajado en estos “sitios” en diferentes momentos, en publicaciones como el sitio web de la FIPRESCI (Asociación Internacional de Críticos de Cine) y en su publicación Undercurrent.

Pero, si les voy a proponer que, en ciertos momentos, necesitemos concentrarnos en uno o dos de estos “niveles” y esta necesidad nos está encarando hoy en día.

En este momento, estamos escuchando en distintos países mucho sobre la “crisis de la crítica cinematográfica”. La palabra crisis siempre implica, para mí, muerte, parálisis, o colapso nervioso, por lo que prefiero la palabra “emergencia” – porque, en una emergencia, espero que algo nuevo esté en el proceso de emerger.

¿Que es la llamada “crisis de la crítica cinematográfica” propiamente? Básicamente es, por un lado la expulsión de la verdadera crítica de cine “verdadera” del creciente y sobre controlado mundo de los medios masivos de prensa. Y por el otro lado, es una ansiedad concerniente al aumento de crítica cinematográfica en la Internet – y la Internet es un enorme “sistema de entrega” que puede, por supuesto, llevar consigo cualquier tipo de crítica de cine, periodística, de medio rango o académica.

En el mundo de la prensa mass – mediática, la mayoría de críticos de cine reales están siendo retirados (como Jonathan Rosenbaum) o despedidos. Finalmente, lo inevitable ha ocurrido: las grandes compañías fílmicas han decidido que ya no necesitan más que los críticos publiquen y discutan sus productos, los hagan conocidos, o le den algún valor cultural añadido. Las grandes productoras controlan, por ahora, lo que los periódicos, radio y televisión puedan decir acerca de las películas. Conozco este desarrollo muy bien, porque renuncié a mi trabajo como crítico de cine en el 2006, cuando mis artículos eran recortados para darle lugar a mayor espacio publicitario. Así que decidí retirarme, sin deseos, por ahora, de regresar.

Por otro lado, tenemos la Internet, y una vasta explosión de millones de palabras e imágenes de todo tipo sobre el cine. Por supuesto, las grandes compañías fílmicas, los estudios de Hollywood y demás, están haciendo lo mejor que pueden para controlar también la Internet. Pero este control total aún no es posible.

Muchos críticos mayores y establecidos están nerviosos acerca de la Internet. Algunos profesores de universidad, también están preocupados. Ellos sospechan que lo que aparece en Internet carece de autoridad cultural, y no es profesional. Es un tipo de pesadilla democrática, donde todo el mundo grita sus opiniones tontas todo el tiempo. A alguna gente, le parece un caos profano. Y es más difícil hoy en día, imaginar una carrera profesional en crítica cinematográfica para un crítico de cine. En cambio, la gente está haciendo crítica de cine para si misma, expresándose y sacándolo a la luz.

Creo que debemos dejar esta “ansiedad profesional” de lado. También necesitamos dejar de celebrar la “democracia por su propio bien” en la Internet. Es tiempo de trabajar, de trabajo duro. Pero necesitamos situar este trabajo en un ánimo particular, un contexto particular.

Me gustaría recordarles que mucha de las grandes revistas o publicaciones de crítica de cine empezaron siendo operaciones desafiantes y amateurs. Y también quiero recordarles que “amateur” significa amante, un amante de algún objeto o campo escogido, que constantemente cultiva, pule y refina su amor.

En realidad, mi definición favorita de todos los tiempos de lo que es un crítico de cine, viene de Serge Daney: él dijo que un crítico debería ser alguien que “sabe algo y ama algo, y sabe porqué ama aquello”. Lo que es muy fácil y genial de decir pero más difícil de conseguir. Toma años de trabajo y ese trabajo es tanto individual y comunitario o colectivo.

Hoy, para ponerlo directamente, nos debemos dedicar a este “rango medio” de la crítica de cine, apasionada, vigorosa y fuertemente. Debemos expandir este rango medio, y llevarlo a todas direcciones. Y debemos perseguir este sueño no solo en las formas anticuadas, publicaciones de un solo lenguaje y de tapa dura – sino también en la Internet, en una forma multilingüe y de cruce de culturas.

En Chile, por ejemplo, Mabuse y La Fuga, son dos ejemplos on line de iniciativas que están tratando de combinar y asociar lo informativo, lo inteligible y lo intelectual de la crítica cinematográfica. Todos podríamos, seguramente, mencionar otros ejemplos importantes, como Ekram y Kino en Eslovenia, o Criticine en las Filipinas, o Filmkrant en Holanda.

Se darán cuenta que es en los países más pequeños comparativamente, en las que estas importantes iniciativas están sucediendo, lugares como Chile, Argentina, o mi propia Australia. No mucho así en Inglaterra o Estados Unidos o Francia, los “viejos poderes mundiales” que están expresando toda esa ansiedad acerca de la crisis y la “pérdida de valores y estándares sólidos” en la crítica. Hay una lección en esto, lección que me he encontrado diciendo mucho aquí en Valdivia: los países más pequeños tienen que juntarse y colaborar más, ya que de ahí es de donde viene la próxima revolución en crítica cinematográfica. No en las páginas del New York Times o en los programas de chismes de Hollywood en cable! Y quizás tampoco en Film Comment o Sight and Sound o en la francesa Cahiers du Cinema, de cuyas páginas el realizador Jonas Mekas describió hace poco como “solo publicaciones de rutina” que han perdido su fuego, su razón original de ser.

Tengo dos ideas rápidas para finalizar. La primera es acerca del formato de una revista de cine en la era de Internet. Seguidamente accedemos a una nueva tecnología, con sus nuevas posibilidades, con las mismas viejas ideas de lo que debería ser una publicación, y lo que debería hacer. En términos de una revista de “medio rango” esto significa que nos avocamos a hablar sobre los últimos filmes interesantes, los últimos festivales, los últimos libros, hacemos entrevistas y escribimos reseñas, hablamos de directores y hacemos “ensayos generales”. Pero esta forma estándar ya no se usa más, está bloqueando nuestra imaginación crítica e intelectual. Necesitamos redefinir completamente que es una “revista de cine” o lo que puede ser, y estoy interesado en ver como mis colegas responden a tal desafío.

La segunda idea es acerca de los blogs, la blogósfera. En este segundo, son los blogs de cine los que están haciendo los más interesantes e innovadores trabajos en crítica cinematográfica y comentario cultural – tal como el gran blog de Quintín y Flavia, La Lectora Provisoria – que ya ha tenido, durante la última semana, cinco instalaciones de su “diario de Valdivia”. Y eso es crítica instantánea, en el momento, para ustedes!.

Hace quince años, antes de la explosión de la Internet, el crítico francés Nicole Brenez habló sobre uno de los últimos libros de Serge Daney: el diario que llevaba en los últimos meses previos a su muerte, recopilado en un libro titulado The Exercise Has Been Beneficial, Sir. Lo que Nicole dijo acerca de este libro, proféticamente, es que es una mezcla increíble de modos de escribir: confesiones íntimas, análisis escolar, notas fugaces, halagos poéticos, y todo tipo de “ordenamiento de cuentas”. Nicole añadió que este tipo de mezcla de estilos, en el final, captura algo “propio al cine”, algo que corresponde a la propia mezcla de documental, ficción, fantasía y testimonio, memoria y sueño del cine. Y cuando veo las últimas mezclas asombrosas de estos elementos en los mejores filmes mostrados aquí en Valdivia, se que nos tenemos que apurar para producir una nueva crítica de cine, una crítica que sea propia de nuestro tiempo.

Gracias.

* Artículo inicialmente publicado en el blog La lectora provisoria

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *